La Historia de los talleres de mecanizado en Barcelona ha ido de la mano de la transformación industrial de la ciudad.
Barcelona es desde principios del siglo XIX una importante ciudad industrial. La emergencia de esta actividad se fundamentó en gran medida por la situación geográfica clave de la ciudad. Históricamente el puerto de Barcelona ha sido una referencia comercial que se mantiene en nuestros días.
Otro aspecto sustancial que no debe obviarse es la importante formación de personal cualificado. Las escuelas técnicas e industriales, apoyadas por talleres de mecanizados e industrias diversas, han sido una fuente fundamental de aportación de personal altamente cualificado en la ciudad.
El mecanizado motorizado o automático es una técnica relativamente frecuente, fruto de la búsqueda de una mayor productividad y de la introducción de las herramientas motorizadas.
La introducción de la máquina de vapor jugó un papel crucial en el desarrollo de la mecanización automática y marcó un antes y un después en el proceso de industrialización barcelonés.
En el año 1832, la empresa Bonaplata fue una de las principales responsables de esta aceleración industrial. En una Barcelona todavía rodeada de murallas, situada en el Raval, fue la primera empresa en utilizar el vapor como fuerza motriz en talleres de montaje.
A partir de la llegada de esta nueva fuente de energía, los centros de mecanizado experimentaron un considerable desarrollo. La introducción del carro transversal en el torno, también supuso un gran salto hacia delante, ya que permitió fijar as herramientas a la máquina, cuando anteriormente este proceso se realizaba de forma manual.
Transformación industrial de Barcelona
La concentración de fábricas y talleres tuvo un gran impacto en el espacio urbano de la ciudad. Debido al desarrollo del proceso de mecanización y a la entrada en marcha de las máquinas movidas por vapor, la actividad industrial de Barcelona amplió su rango de alcance fuera de las murallas provocando el crecimiento de núcleos como Sants, Gracia o Sant Andreu, que se convirtieron en los nuevos barrios industriales de la ciudad.
Esta transformación también trajo consigo una nueva posición de la ciudad de Barcelona en el mapa de la industrialización europea.
El auge de los talleres de mecanizado tras la II revolución industrial
A finales del siglo XIX se produjo la segunda revolución industrial y con ella la necesidad de producción de una gran cantidad de maquinaria, recambios y componentes que abastecieran a una industria cada vez más creciente.
Esta demanda de todo tipo de piezas industriales forjó la aparición de un nuevo sector industrial auxiliar que satisficiese la creciente necesidad de abastecimiento. Estos centros de decoletaje primigenios emergieron con gran fuerza en el centro de Europa en países como Alemania, Suiza o Francia. Sin embargo, la proyección industrial centroeuropea fue frenada repentinamente después de la Segunda Guerra Mundial.
En España, después de la Guerra Civil, la dictadura obligó a que todos los materiales de consumo fuesen fabricados a nivel nacional, lo que dio lugar a la creación de un gran número de empresas y talleres familiares que darían inicio a un nuevo sector que emergería con fuerza.
En Barcelona, al igual que en otras ciudades importantes como Bilbao en el País Vasco o Avilés en Asturias a partir de los años 70 estos pequeños talleres de mecanizados comenzaron a crecer de la mano de la cada vez mayor actividad industrial. Los procesos de mecanizado y decoletaje también evolucionaron hacia un proceso de mayor automatización dando lugar a una mayor producción.
Esta automatización en gran medida se originó gracias a las máquinas de cnc o de control numérico. El avance en el desarrollo informático y de la tecnología aplicada a la industria hizo posible la aparición de esta nueva forma de trabajar en los talleres de mecanizado de Barcelona, y facilito la expansión de una industria que aun hoy se encuentra en constante desarrollo.
La mecanización está evolucionando ahora por si sola alejándose del método tradicional de montar las piezas dentro de una configuración hacia un método avanzado de crear productos enteros en un único proceso.